En el principio, si alguna vez hubo un principio,
fue el cuento. A través de él, primero oralmente y posteriormente de modo
escrito, se ha transmitido la cultura y las experiencias de generación en
generación.
El contar, el relatar ha tenido y tiene una importancia
relevante en la cultura humana. Contar un cuento, leer un cuento, relatar una
un cuento sigue siendo una actividad frecuente durante la infancia,
independientemente de la amplitud del mismo y marca la afición por la lectura.
El origen de los microcuentos, microrrelatos o
microficcíón, se remonta a los primeros tiempos de la humanidad. Han existido
siempre bajo diversas nomenclaturas aunque en la época actual su resurgimiento
es indudable. Las razones serían muy diversas y motivo de reflexión interesante:
desde la falta de tiempo y capacidad de concentración hasta la admiración por
lo concreto pasando por la necesidad de exactitud y concisión para movernos en
el mundo. En cualquier caso se trata de Literatura con mayúsculas y la técnica
del microrrelatista es compleja, difícil y nada improvisada.Pero ahora vamos a centrarnos es esta joya que
tenemos entre las manos comenzando con una historia, con un cuento. Lean…
“Lo más
brillante de todo eran unos pequeños libros (un cuarto de un cuarto de libro en
cuarto) de cuentos fantásticos de los hermanos Grimm y algunos otros. Costaban
lo poco que cuesta hoy una vuelta al barro de la culpa. Eran gigantes
liliputienses”.
Así comenzaba Chel Requena su prólogo a la primera
Antología de Microrrelatos “Gigantes de Liliput”, basada en los textos compartidos
en este grupo de Netwriters durante, aproximadamente, el año 2011.
Netwriters es una red presente en Internet desde el 2010. En ella coexisten grupos de Literatura,
Pensamiento, Viajes, Música, Ciencia…en definitiva de Cultura en el más amplio
sentido del término.
Uno de los grupos de Literatura es Gigantes de
Liliput. Se trata de un espacio para la microficción, textos que no superan las
120 palabras y que cuentan una historia partiendo de temas de lo más diverso: “Los
cordones de los zapatos”,” el tren de las 5.30”, “hadas”, “confesiones”, “bares”…
Cada dos semanas, aproximadamente, recogemos una maravillosa cosecha de microrrelatos
los cuales se someten a la rigurosa
lectura, seguida de puntuación, de sus rivales y compañeros obteniéndose en
cada edición un ganador que propone el tema de la siguiente convocatoria.
Como no
podría ser de otro modo, se ha ido conformando un acervo literario digno de ser
plasmado en papel por segunda vez. No sería justo dejar este tesoro sumergido
en el laberinto de las redes. Es necesario tenerlo en papel, en un libro que podamos abrir,
oler, leer abrazar al terminar y releer con frecuencia. Por eso de nuevo, en
colaboración con Ediciones Atlantis, traemos hasta vosotros una colección de
microrrelatos digna de ocupar un lugar preferente en cualquier manual de
escritura.
Se trata de una recopilación de 108 textos que pertenecen
a 13 escritores que han participado, con
mayor o menor intensidad, en el grupo de Gigantes de Liliput. Son, además de
excelentes narrradores, lectores
perspicaces que afilan su ojo lector para realizar los comentarios
correspondientes sobre los micros de sus compañeros y rivales en el concurso.
Así nuestro grupo se convierte en un auténtico taller literario y en un foro de
discusión absolutamente creativo, con tantas visiones como escritores que
enriquecen el trabajo de cada miembro.
Los microrrelatos que os presentamos tienen
precisión; pero no precisión banal sobre hechos triviales, sin importancia,
sino de sucesos, de hechos que activan la mente, que producen una iluminación,
una intensidad repentina y duradera en el pensamiento. Tienen “músculo”, son tersos, detestan las ideas difusas buscando finales
sorprendentes o no pero siempre interesantes. De eso se trata y es lo que
pretende todo autor de microficción y lo consiguen.
El nombre de esta segunda antología, “Pequeños
Gigantes” ,creemos que responde
perfectamente al contenido del libro. Por último:
“Si
sois amantes de la síntesis, de la precisión, de la brevedad y la intensidad en
el lenguaje y buscáis esa quintaesencia narrativa encerrada, conservada, en
envases pequeños, este es vuestro sitio, vuestro refugio para disfrutar,
escribir, compartir y comentar lo que queráis.
Bienvenidos
a Liliput, disfruten de todo lo que ofrece este país, y cuidado con la puerta…”
CARMEN FABRE.
1 comentarios:
Un gran prólogo a una pequeña gran obra de la que eres responsable como antóloga, aparte de estar incluida con varios magníricos microrrelatos como autora. Un paso más de Netwriters y nuestra colección que yo creo que merece la pena leer y tener. Gracias, Carmen, por tu esfuerzo y por todo lo que haces, que, además, siempre lo haces bien.
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