El soldado es una sombra en medio de la ventisca. Cada paso
que se hunde en la nieve es un intento de arañar a la estepa unos pocos
milímetros de vida. Lleva varios trozos de tela enrollados a la cabeza. En los pies, tres
pares de calcetines y un par de botas medio rotas robadas a un cadáver, lo
mismo que el abrigo.
A lo lejos ve los restos de una casa, va hacia ella; casi al
llegar un disparo retumba en la estepa, cae de rodillas y grita: Oh mein Gott!
Alguien con un Kar 98K se acerca, le mira asombrado y dice:
— ¿Qué has dicho? Pero si tu abrigo es verde ¡Eres…tienes
que ser ruso!
CARMEN FABRE
4 comentarios:
Y así, como en la vida, todo es según el color con que se viste.
Excelente micro, querida Carmen.
Fuego amigo, víctimas colaterales, accidentes. El fin no justifica los medios, ni las pérdidas, ni la crueldad. Sigue asombrándome cómo los relatos más sencillos y directos son los que encierran las mayores lecciones sobre la vida, y sobre el arte de narrar. Felicidades.
Un abrazo.
Las apariencias no solo pueden engañar sino acabar con la vida de un inocente. Tremendo micro. me ha gustado mucho.
Hola Carmen,
¿Logras ver los comentarios que en alguna ocasión te he dejado? Observo que siguen sin quedar registrados aquí. Dijiste, tiempo ha, que tenías problemas en este sentido. ¿No pudiste resolverlos?
Solo quería asegurarme que los recibes.
Un abrazo.
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