Defenderían a la Reina hasta el desenlace final. Prepararon con cuidado sus armas, afilaron sus estiletes y calcularon con cuidado la síntesis de veneno necesaria.
El enemigo se acercaba a Palacio , era muy superior en tamaño y fuerza pero no importaba, su firmeza y fidelidad les proporcionarían el coraje necesario; sabían que morirían, era su destino.
Un rugido ensordecedor al emprender el vuelo, siguió a la orden de ataque lanzada al aire por la Reina y se dirigieron en tromba hacia él; en un solo instante clavaron sus aguijones sobre el oso que braceaba rugiendo inútilmente.
Al acabar la batalla, exhaustas, cayeron fulminadas, el suelo quedó sembrado de cadáveres negros y amarillos.
CARMEN FABRE
1 comentarios:
Querida Carmen...sobre Kamikazes me podría remitir a mi pequeño comentario hecho en el grupo donde vio la luz por primera vez este extraordinario microrrelato. Es un ejemplo de como hay que hacer una pieza de este género. Directo al corazón, como una picadura de buen hacer literario...que no queremos reducir. La picadura. Me encanta Kamikazes, es un espléndido micro.
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