miércoles, 14 de noviembre de 2012

MALDITA SEAS, NOSTALGIA.



Sal de ahí.

 Coge las llaves y cierra la puerta.

Deja que las cenizas del tiempo se acumulen sobre los libros, los discos, el salón y la cama. Que todo se cubra de un polvo gris manchando las manos de quien lo vuelva a tocar, que las paredes se queden afónicas de repetir las palabras dichas y devueltas por su eco.

Baja las persianas que todo se convierta en oscuridad permanente y  nadie vea los contornos de las sombras que habitaron allí.

Que la nada y el silencio se instalen y repartan sus enseres huecos. Que los besos se tornen muecas y los abrazos, arañas que roben el oxígeno que te quedó por llorar.

Que la historia que comenzó en un roce de caricias y terminó en un campo de batalla se muera entre estertores nocturnos. Que los objetos rotos lloren sus heridas tuertas. Que los pasos dados se desdibujen, se borren y no suenen más por un suelo encerado  de caídas, impregnado de alcohol.

Sal de ahí.

 Maldita nostalgia. Métela en el vacío del escenario falso y torcido de los sentimientos  volcados y nunca resarcidos  que representan una parodia eterna. Sácala de tus sábanas, ya frías y arrugadas, saladas de lágrimas y humores vertidos entre espasmos y jadeos. Hibérnala; congélala junto al reloj de arena que medía tu tiempo detenido.

No escuches los cantos de sirena de los poemas inacabados y falsos, no existen, no son, no están, átate al mástil de la realidad. Nunca más  Penélope, ahora Freya.

 Desprecia los lamentos de las telas al deshilacharse, al deshacerse; el llanto de las paredes que rezuman soledad y olvido. No mires, detente solo ante el chasquido  zigzagueante, doloroso y único de tu vida rota.

Sal de ahí.

Deja prendidos los sueños viejos en la ropa, cuélgalos  para siempre  y que el sol los destiña, los muerda y devore con su fuego.

No hagas concesiones a la duda, a los augurios de sacerdotisas ajadas por la historia. Ni a los anhelos falsos que te tientan.

Cierra la puerta, vete, gira la llave y mira al frente.

Deja la nostalgia.

Apura el trago de la angustia, aunque te lacere la garganta y su reflujo te queme la boca, trágalo  una y otra vez hasta que se quede dentro y lo digieras.

Emborráchate del alcohol interior que has destilado fermentando ausencias, hasta que no aguantes más, soporta la  resaca cruel que te taladrará sin piedad.

Y sal. 

Y vete.

Rompe los espejos y que sus esquirlas de azogue repitan una y otra vez tu imagen y la suya, pon los fragmentos en un crisol,  macéralos con ira y rabia, que el mortero termine de destruir su  imagen .Esparce el polvo por la casa, con furia desatada, como quien lo hace con las cenizas de un muerto indeseable.

Que el oxido destruya los cercos de las ventanas y el alféizar en que se apoyaban tus brazos.

Deja la nostalgia, endurécete y no le des al pasado un tiempo de futuro.

Sal de ahí.

Vete.

Maldita nostalgia.


CARMEN FABRE

10 comentarios:

carmen fabre dijo...

El tema de GLOBALTATES en NETWRITERS era NOSTALGIA y yo presenté este relato.

GLOBALTATES es uno de los grupos de relato breve que existen en NETWRITERS.

Mila Aumente dijo...

Buen relato, Carmen.

La nostalgia suele ser la ilusión del presente que no nos gusta.Y eso no tiene por qué ser malo. Retroceder en el tiempo, siempre que en ese retroceso haya vivencias felices, lo considero positivo; de hecho, algunos psicólogos lo recomiendan. Yo soy experta en ello, jajaja. Y lo cierto es que me funciona a las mil maravillas, jajaja.

Un placer leer lo que escribes, Carmen.

Un besito.

Laura Olalla dijo...

Estupendo relato sobre este silencio que nos invade en tantos momentos de la vida. Pero hay que meditar los malos momentos para saber apreciar los buenos. Hay que ponerse frente a ella y echar la llave, como tú bien dices. Desprenderse de lo que no interesa y seguir el camino sin carga y sin alforjas llenas de piedras es fundamental para liberar la mente y volver a renovarnos en la alegría que nos ofrezca la ida. FELICIDADES, Carmen. Abrazos

carmen fabre dijo...

Gracias Mila. Efectivamente la nostalgia puede ser buena pero cuando te mantiene en un pasado , inamovible esn él y hace daño, hay que desterrarla.

Un abrazo y otra vez gracias, amiga.

carmen fabre dijo...

Muchas gracias Laura. Echar la llave y cerrar la puerta es necesario para seguir sin ese peso que nos lastra impidiendo continuar con la vida.

Un abrazo grande y otra vez gracias por tu tiempo y tu lectura,querida.

Mari Carmen Azkona dijo...

Qué complicado es cerrar etapas y desprenderse de recuerdos y sentimientos… Aquí, ni siquiera tenemos el recurso de dejarlos en un trastero como paso previo al contenedor de basura.

Buen relato, Carmen, impresionante en el contenido y bello en la forma. Felicidades, cada día te superas. No sé hasta dónde vas a llegar :-)

Besos y abrazos.

carmen fabre dijo...

Mari Carmen, tú que me lees con todo el cariño del mundo. Gracias amiga. Tengo buenos maestros, entre ellos, tú.

Un abrazo.

Jorge Mamolar López dijo...

Impresionante,me pone los pelos de punta,maldita nostalgia,si.
Cuantos mensajes para aprovechar en el relato¡¡
Saludos.

Manuel dijo...

"Que los objetos rotos lloren sus heridas tuertas. Que los pasos dados se desdibujen, se borren y no suenen más por un suelo encerado de caídas, impregnado de alcohol."

Este fragmento es como el índice del magnífico relato que nos has regalado. Eres maestra en el manejo de las palabras y del sentimiento de tus lectores.

Espero que esa protagonista ficticia, consiguiera salir sin volverse estatua de sal.

Un beso.

carmen fabre dijo...

Muchas gracias, Manuel.

Sí, salió de allí, seguro que sí.

Un abrazo.

Publicar un comentario

Gracias por visitarme.