-Señoría, el convenio de separación, en cuanto a reparto de bienes, no ha podido determinarse correctamente ya que la parte contraria ha decidido expresar en el momento de la vista lo que desea quedarse.
-Mi representado pide: El coche, la vivienda situada en Buitrago de Lozoya, la colección de discos de vinilo y la mitad del dinero y acciones depositadas en el banco.
María se levantó y dijo:
-De acuerdo en todo, señoría.
El juez preguntó:
-¿Qué es lo que pide usted?
-Solo una cosa. Que me devuelva la mirada que tenía cuando le conocí.
CARMEN FABRE
14 comentarios:
Precioso
Muchas gracias, Linda.
Bienvenida a mi casa..
Lo más valioso es lo más intangible: Una mirada, una caricia, un beso.
Precioso querida Carmen.
Gracias María..realmente es lo que todos querríamos conservar.lo intangible, lo que hemos perdido en el camino.Más siempre hay tiempo de recuperarlo ,incluso mejorado.
Un abrazo grande y gracias por tu visita y comentario.
Bellísimo mini-relato Carmen!
Las separaciones son dolorosas y más aún para el que sigue amando todavía, el adiós es cruel y como digo en uno de mis poemas: "en el reparto de las pertenencias, uno de los dos, se llevará el olvido..."
Me encantó leerte amiga!
Cariños!
Muchas gracias MOVISI . Es así, a veces se discute por reparto de bienes materiales y lo que realmente se quiere recuperar es la esencia de tu vida...
Bienvenida a mi casa, que es la tuya. Espero tu visita cuando quieras,amiga¡¡
Carmen, conseguiste que lo que comenzó como un relato normal diera un giro de 365º con esa frase final.” Que me devuelva la mirada que tenía cuando le conocí.” Enhorabuena.
Besos y un fuerte abrazo.
Gracias Atxia. Me gusta mucho verte por aquí¡¡
Un abrazo grande¡
Bueno, Carmela, es que a mi este micro me encantó desde el primer momento que lo leí. Y es que es más verdad que la vida misma, al final, cuando ya nos damos cuenta que es mejor tomar otro camino, que el tiempo transcurrido ha cedido el paso a otra nueva existencia, nos quedamos con ese amargor en la boca que deja la nostalgia de los primeros días.
¡Fantástico!
Un beso gordísimo
Laura, ese amargor ,con el tiempo se mitiga... pero de vez en cuando vuelve,es nuestra vida y permanece ahí,en el trocito de corazón que cicatriza.
Gracias, por tu visita.
Besos Dragonfly.
Resulta, Carmen, que uno es un ser humano. Y los seres humanos tenemos la capacidad de comprender mejor cuando pasa el tiempo. Cuando pasa el tiempo y conoces mejor las cosas, las piensas, las respiras y, sobre todo, en el caso de la escritura, cuando conoces al autor. Yo, ahora, conozco al autor. Y eso, eso que no parece tan importante, a veces, en un texto escrito, sí lo es. No por el afecto, sino por el transcurso. Cuando me he enfrentado de nuevo a este texto he visto todos sus matices. Cuando leemos, si lo hacemos deprisa, como acompañamiento o como tarea - que esto ocurre a veces - perdemos cosas. Perdemos esos matices. No he leído los comentarios anteriores ( ahora lo haré ) porque no quería que influyeran en éste. Y así te puedo decir lo que pienso, lo que ahora pienso ya, de forma definitiva, de este magnífico microrrelato diálogado que dice todo en una sola frase final. Una maravillosa frase final, que es el resumen de todo lo que ha pasado y se ha perdido. Es, sencillamente, espléndido, Carmen. Eso demuestra lo mal que leemos algunas veces, lo deprisa que vamos por la vida. ¿Sabes por qué te estás convirtiendo en una gran escritora? Porque, aparte de tu cultura y capacidad intelectual, que es mucha, tienes un corazón como la copa de un pino, y una sensibilidad que capta, no solo lo que sucede a tu alrededor, lo que forma parte de tu vida, sino que va más allá,ve y siente lo que forma parte de la vida de otros. Claro, eso también es cuestión de inteligencia. Que, en el caso de la inteligencia emocional, que es de la que ahora hablo, conlleva una dosis enorme de sensibilidad, sin duda. Gracias por hacernos mejorar nuestra capacidad de reflexión y de aceptación. Que también es importante, esto lo digo, de paso, por tu comentario último en mi blog, aunque ya te contesté en él. Yo, cada vez más, solo entiendo a mis amigos y compañeros que escriben. Voy camino del aislamiento respecto a la charla, que es lo que hacemos casi siempre, cuando hablamos, no siempre, evidentemente, pero me quedo con la escritura. Y lo que comunica, a veces, el aparente silencio que la acompaña.
Conciso y bello.
Cuando se pierde la dulzura de una mirada se pierde todo el oro del mundo.
Me ha encantado.
Un abrazo.
Es verdad, lo importante no es como y quien nos mira sino como miramos nosotros... Te he rodeado de otros amigos en la red para una entrada que espero te gusté...
http://fragmentsdevida.wordpress.com/2013/06/11/amores-cotidianos-81-amores-perdidos-yo-finiquitados/
Gracias Fco Javier.Un abrazo.
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