miércoles, 28 de marzo de 2012

22 DE MARZO 2012.


22 de Marzo de 2012.

Es una idiotez  pero me apetece y, como me apetece, lo haré .Mi psiquiatra dice que escriba lo que he sentido y hecho durante el día.

 Pero ¿hay día? No sé muy bien si lo que transcurre alrededor de y por mí, es un ciclo circadiano o una sucesión de tiempo diferente, a veces me parece que han pasado solo unos pocos segundos y, entonces, mi mujer  dice que llevo tres días sin salir de la  habitación;  no entiendo el concepto de tiempo que han establecido, cómo tampoco comprendo tantos otros acuerdos tomados e impuestos por no sé quién ni para qué.

Bien, escribiré; de hecho llevo un rato haciéndolo.

  De cualquier manera, él sabe a ciencia cierta que en algún momento mentiré o no.  Resulta divertido comenzar esto diciéndole que averigüe qué de lo que va a leer es mentira. Me gusta este juego, porque igual todo es verdad o me invento un ¿día? de mi vida y lo hago realidad, tan real que incluso puede que yo lo haya vivido y lo que vean  los demás sea la mentira, algo parecido a  un   negativo velado del 22 de marzo de 2012.

Bueno comenzamos la primera función, de las dos que represento cada jornada.

 Cada mañana, para despejarme del todo, pongo los pies en el suelo; hoy también. Me gusta que me despierte el frío de las baldosas, me hace sentir un poco menos mamífero y algo más reptil, por el frío, ya sabéis.

En el baño me miro al espejo y repito la misma pregunta de todos los días ¿en qué fase estaré? Después suelto, hoy, una carcajada que se hace imagen y sale del azogue,  da una vuelta a mi alrededor y se mete de nuevo en el espejo dejando un eco de sarcasmo.

Desayuno y no me tomo el litio, que le den, me siento muy bien y soy capaz de comerme el mundo. Voy a presentarme al concurso de poesía y al de relato. Ganaré, seguro. Soy el mejor escritor del mundo virtual y eso se ve, lo notaran todos. Es imposible que no quede el primero. Ahora mismo tengo una cantidad de ideas buenísimas, de argumentos, de palabras, de giros poéticos. Mi cerebro es una máquina perfecta de creación literaria y  soy increíblemente bueno… nadie puede igualar mi genialidad…ni cuestionará mi escritura. Dejo de anotar estas nimiedades y me pongo a crear, a dar al mundo lo que no se merece, mi estupenda capacidad de transmitir con la palabra escrita.

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 Me siento atascado en la mediocridad, retenido en el tráfico de los viajantes del delirio, las palabras explotan en mi cabeza y se deshacen antes de que pueda escribirlas, necesito retenerlas, secuestrarlas para que no caigan en el olvido, y por eso vuelvo, por eso necesito diseminarlas, diluirlas porque hoy es verano, creo, y porque necesito escribir este texto. No me van a entender, no llegan a descifrar mi genialidad que para mí es tan clara… debo hacer ejercicios con las palabras, flexiones, rutinas, tablas... No sirvo, no valgo, no soy escritor soy un inútil, es todo culpa mía, ¿qué me he creído que soy? me detesto.  Me tiemblan las manos, tengo sueño…

No cabe la menor duda, tanta genialidad tiene un precio y yo estoy pagándolo…

CARMEN FABRE.







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13 comentarios:

Rosa dijo...

¡Impresionante!. Me he dejado llevar por tu personaje al leerte y a punto he estado de llamar a mi psiquiatra. Que bueno mi querida Carmen... la estrofa final es tremenda.

Buen trabajo amiga. Un abrazo absolutamente real, a pesar del momento.

Manuel dijo...

Carmen: no te creas nunca cuando te dicen eso de que "no necesito el Litio". sobre todo, cuando ya se ha superado el posible efecto benefiscioso de los inhibidores selectivos de recaptación de la Serotonina. No, no, definitivamente, necesitan el Litio.

Y no es que ese fármaco vaya a solucionar nada, que eso tú y yo lo sabemos. El peligro está siempre en los acentos. Si, esos malditos acentos que casi nadie pone y la gente como tú y yo, o sea, los que sabemos de verdad lo que es escribir bien, usamos con soltura. Ayer, sin ir mas lejos, escribí un poema sobre las consecuencias de la crisis, que tenía 253 acentos: ni uno más ni uno menos.

Y es que, aunque las pastillas hace ya unos días que se me han acabado y no he podido ir a la farmacia, no hay mejor sustituto que el alcohol para despejar un poco la cabeza. Yo, con unas copas, soy un monstruo en esto de escribir.

Ah!, por cierto: que relato tan bueno has escrito. Uno se llega a contagiar leyéndote.

Un beso (voy a a la cocina que me toca el stilnox)

Mari Carmen Azkona dijo...

Cómo me veo reflejada en la última parte. El desaliento ante esas palabras que se agolpan, esos giros que estallan sin llegar a perpetuar nuestro deseo, querer y no poder...Pero por suerte para nosotros a ti no te ha ocurrido.

Plas, plas, plas...Enhorabuena, Carmen, por la forma y el fondo de este texto. Lo tiene todo.

Besos y un fuerte abrazo.

carmen fabre dijo...

Gracias Rosa. Espero que no hayas tenido que hacerlo.. seguro que no¡¡

Un beso , guapa y felices vacaciones.

carmen fabre dijo...

Desde luego tus comentarios son único, Manuel.Muchísimas gracias¡¡

carmen fabre dijo...

Pues Atxia eso creo que a veces nos ocurre a todos.. afortunadamente a ti creo que muy pocas .. besos y gracias¡¡

f g m dijo...

al final vas a ser una mujer de letras. y no hablo de la hipoteca

carmen fabre dijo...

Gracias f g m.Pues sí,de letras mixtas...

Un abrazo y otra vez gracias por tu visita.

carmen fabre dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luis Miguel Rodrigo González dijo...

Muy buen intento de reflejar el trastorno bipolar y los tremendos giros del ánimo.
Un abrazo

Unknown dijo...

Carmen, felicidades. Es, tal vez, la soledad de los que tienen esa "manía" de escribir. Un beso

La Solateras dijo...

Creo que todos los que tenemos el vicio de escribir pasamos por esas dos fases, creamos o no que necesitamos litio. Yo, desde luego me veo reflejada en esa angustia del último párrafo.

Buenísimo tu relato, Carmen. Por días me hago adicta a tu escritura.

Un beso.

Luisa Arellano dijo...

Te dejo mi aplauso y admiración, y también a Manuel por esa respuesta suya... tan en consonancia :)

Me ha encantado, Carmen!

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