HILOS EN LA NIEBLA.
La vida me había dado un corte de mangas y yo intentaba doblar esa
esquina con la elegancia de un gato.
Necesitaba tiempo para revisar mi pasado, pasar el presente y
plantearme si deseaba tener un futuro y, como siempre, lo haría escribiendo; no
soy capaz de ordenar pensamientos, situaciones y emociones sin escribir.
La historia de Mhanseon me atrapó desde el momento en que Carmen Agudo
la compartió en el grupo de lectura. Una casa, un santuario para los que eligen
la escritura como medio de comunicación con el Universo, una casa en la que
puedes quedar atrapado en el tiempo y en el espacio, una casa en la que la voz de Morrigan se puede
convertir en mi voz interior y conseguir que por fin me escuche.
Con el corazón por alquilar, mi vida tóxica en las venas y el destrozo
ya consumado, me dirigí a Mhanseon dispuesta a que germinase en mí la semilla
de una nueva arquitectura neuronal .
Al cabo de pocos días me encontraba junto a la cancela de entrada, de
pie y con dos maletas ,una a cada lado
de mi cuerpo, apoyadas en el suelo. Toda
mi vida iba en ellas.
La magia se distribuía alrededor; no era necesario ningún sentido para
percibirla. Hice el atisbo de tocar la aldaba cuando la parte derecha de la cancela se abrió
muy lentamente, sin emitir sonido alguno, dejándome libre el acceso a la finca.
Entré y caminé por un sendero bordeado de rocas distintas a todas las
que recordaba haber visto, el suelo era de un color lunar, ceniciento claro,
parecía como si la luna llena estuviera
iluminándolo permanentemente. El sendero daba un giro y apareció Mhanseon …en ese mismo momento, supe
que nunca más podría regresar.
En el porche me esperaban Marion y Arthur, su sola presencia ya infundía tranquilidad y
sus miradas abrazaban.
-Adelante, Carmen, bienvenida a
Mhanseon -dijeron prácticamente al mismo tiempo pero con palabras diferentes.
-Esperamos que su estancia sea lo más agradable posible.
-¡ Sígame! –dijo Arthur; su orden era firme pero suave, cariñosa.
Me llevó a la habitación en la que me encuentro ahora mismo escribiendo
el relato de lo que sucedió ayer…
Después del desayuno salí hacia
el jardín con un propósito no admitido por mí pero ahora sé con certeza que
existía. La vegetación era abundante, generosa, árboles centenarios daban al
entorno su ambiente especial en perfecta unión con la espiritualidad de la
creación artística.
Había pisado el cordón de una
de mis botas y me agaché para atármelo.
Cuando me levanté todo había cambiado.
Ante mí se extendía un bosque
de Criptógamas formando una visión irreal en un instante mágico. Su
configuración era tan extravagante que ninguna mente podría haber diseñado algo
tan fantasmagórico como lo que veía. El sendero estaba bordeado de hepáticas
marrones, enormes masas de color hígado indefinidas en sus bordes, helechos
arborescentes semejantes a los del Carbonífero expandían sus frondes por
doquier, verdes desvaídos unos, lívidos otros.Las escasas plantas con flores
eran también chocantes, excepcionales; formaban macizos umbelíferos,
amazorcados, inflorescencias deformes en las que el número aúreo, natural en ellas, no era exacto.
Todo el jardín estaba sumergido
en algo parecido a la niebla, denso, de una densidad aceitosa, viscosa y de
color rosáceo. Intercalados entre las plantas deformes había monolitos de
piedra de formas desconocidas e inquietantes.
Al final del sendero distinguí
una forma con movimiento y me dirigí hacia ella. Conforme iba acercándome la
reconocí. Era Louise Svensson a quién había visto en el cuadro que colgaba
sobre la chimenea del salón, iba
buscándola, ahora lo sabía.
Cada noche sentía su mirada desde aquel
cuadro, diciéndome lo que era yo: una
poeta que jamás ha creado un poema, una amante que jamás ha amado ni ha sido
amada, un aviador que nunca ha volado, una escultora sin manos, una mujer sin
rumbo, sin brújula , sin nada, un ser decapitado…
Al llegar hasta ella, levantó
su rostro y me miró con sus ojos duros y negros como la antracita.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres? Espetó desabridamente.
Por un instante enmudecí, su
porte hierático, frío y lejano me hizo
temblar. Me repuse.
-Carmen, soy Carmen.
-Pues vete de mi lado y de mi
jardín, Carmen; me molestas de un modo indefinible. ¡Márchate¡
Desvió la mirada y vi como su dureza se transformaba en
dulzura y suavidad al posarla en aquellas plantas deformes.
-Solo ellas son necesarias, solo ellas merecen mi cariño.
-¿Cómo te quedaste en Mhanseon?
¿Cuál es el secreto para hacerlo?
-¡Te he dicho que te vayas!¡
Fuera¡ -gritó ,aun con más violencia.
-Alquilo el corazón, estoy deshecha,
destrozada… ¡Necesito quedarme!- dije emitiendo un grito desgarrador.
Me miró detenidamente.
-¡Ja! no creo que lo quiera nadie,
está viejo, roto, dañado, ajado…
Un duelo de miradas se mantuvo
entre nosotras durante un tiempo no medible. Me tomó de un brazo y tiró de mí
hacia el suelo, hacia la tierra, introdujo mi mano en ella y dijo:
-¡Húndete en ella¡ ¡Entiérrate¡
Me levanté asustada y mientras lo hacía Louise
comenzó a desvanecerse en hilos de niebla que dibujaron una frase:
“Encuentra el cadáver de
Morrigan…”
CARMEN FABRE
4 comentarios:
Querida Carmen: Mhanseon, evidentemente, está dando para mucho. En tu caso, para muchisimo.
Es un relato verdaderamente fantástico, en toda la extensión de la palabra.
Por suete, existen "Louise Svensson's" que nos dejan, con buena o mala cara, pistas cereteras y prácticas.
Espero que encuentres el camino que lleva al centro de tu hermoso ser, sin desvios ni pérdidas.
Uff! ¿por qué cada vez que entro a leerte tengo esa sensación de plenitud absoluta?... No sé el motivo exacto, pero sin duda tiene mucho que ver con lo bien que escribes y como nos enseñas tanto como llevas dentro con esa humildad que sólo se da en la gente que realmente lleva tanto dentro.
Creo que cada día te admiro más mi querida Carmen.
Gracias por tu relato en todo su contenido.
Un abrazo absolutamente encantado
Manuel,Mhanseon nos ha atrapado a unos cuantos,sí..pero ¿quién no se deja imbuir en un mundo creativo lleno de posibles situaciones con unos personajes creados y otros por crear? Cada habitante de Mhanseon crea su historia.. es una maravilla.
Gracias y sí,creo que al final,me encontraré...Carmen se encontrará. Beso.
Rosa, qué decirte,me quedo sin palabras, bueno una sí que es la apropiada.. GRACIAS¡¡ Eres un encanto.
Besos¡¡
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