sábado, 7 de abril de 2012

HILOS EN LA NIEBLA



HILOS EN LA NIEBLA.


La vida me había dado un corte de mangas y yo intentaba doblar esa esquina con la elegancia de un gato.


Necesitaba tiempo para revisar mi pasado, pasar el presente y plantearme si deseaba tener un futuro y, como siempre, lo haría escribiendo; no soy capaz de ordenar pensamientos, situaciones y emociones sin escribir.


La historia de Mhanseon me atrapó desde el momento en que Carmen Agudo la compartió en el grupo de lectura. Una casa, un santuario para los que eligen la escritura como medio de comunicación con el Universo, una casa en la que puedes quedar atrapado en el tiempo y en el espacio, una casa  en la que la voz de Morrigan se puede convertir en mi voz interior y conseguir que por fin me escuche.


Con el corazón por alquilar, mi vida tóxica en las venas y el destrozo ya consumado, me dirigí a Mhanseon dispuesta a que germinase en mí la semilla de una nueva arquitectura neuronal .


Al cabo de pocos días me encontraba junto a la cancela de entrada, de pie y con dos maletas ,una  a cada lado de mi cuerpo,  apoyadas en el suelo. Toda mi vida iba en ellas.
La magia se distribuía alrededor; no era necesario ningún sentido para percibirla. Hice el atisbo de tocar la aldaba  cuando la parte derecha de la cancela se abrió muy lentamente, sin emitir sonido alguno, dejándome libre el acceso a la finca.


Entré y caminé por un sendero bordeado de rocas distintas a todas las que recordaba haber visto, el suelo era de un color lunar, ceniciento claro, parecía como si la luna llena  estuviera iluminándolo permanentemente. El sendero daba un giro y  apareció Mhanseon …en ese mismo momento, supe que nunca más podría regresar.


En el porche me esperaban Marion y Arthur,  su sola presencia ya infundía tranquilidad y sus miradas abrazaban.


-Adelante, Carmen, bienvenida  a Mhanseon -dijeron prácticamente al mismo tiempo pero con palabras diferentes.


-Esperamos que su estancia sea lo más agradable posible.


-¡ Sígame! –dijo Arthur; su orden era firme pero suave, cariñosa.


Me llevó a la habitación en la que me encuentro ahora mismo escribiendo el relato de lo que sucedió ayer…


Después del desayuno salí hacia el jardín con un propósito no admitido por mí pero ahora sé con certeza que existía. La vegetación era abundante, generosa, árboles centenarios daban al entorno su ambiente especial en perfecta unión con la espiritualidad de la creación artística.


Había pisado el cordón de una de mis botas y me agaché para  atármelo. Cuando me levanté todo había cambiado.


Ante mí se extendía un bosque de Criptógamas formando una visión irreal en un instante mágico. Su configuración era tan extravagante que ninguna mente podría haber diseñado algo tan fantasmagórico como lo que veía. El sendero estaba bordeado de hepáticas marrones, enormes masas de color hígado indefinidas en sus bordes, helechos arborescentes semejantes a los del Carbonífero expandían sus frondes por doquier, verdes desvaídos unos, lívidos otros.Las escasas plantas con flores eran también chocantes, excepcionales; formaban macizos umbelíferos, amazorcados, inflorescencias deformes en las que el número aúreo,  natural en ellas, no era exacto.


Todo el jardín estaba sumergido en algo parecido a la niebla, denso, de una densidad aceitosa, viscosa y de color rosáceo. Intercalados entre las plantas deformes había monolitos de piedra de formas desconocidas e inquietantes.


Al final del sendero distinguí una forma con movimiento y me dirigí hacia ella. Conforme iba acercándome la reconocí. Era Louise Svensson a quién había visto en el cuadro que colgaba sobre la chimenea del salón,  iba buscándola, ahora lo sabía.


 Cada noche sentía su mirada desde aquel cuadro,  diciéndome lo que era yo: una poeta que jamás ha creado un poema, una amante que jamás ha amado ni ha sido amada, un aviador que nunca ha volado, una escultora sin manos, una mujer sin rumbo, sin brújula , sin nada, un ser decapitado…


Al llegar hasta ella, levantó su rostro y me miró con sus ojos duros y negros como la antracita.


-¿Quién eres? ¿Qué quieres? Espetó  desabridamente.


Por un instante enmudecí, su porte hierático, frío y lejano me  hizo temblar. Me repuse.

-Carmen, soy  Carmen.



-Pues vete de mi lado y de mi jardín, Carmen; me molestas de un modo indefinible. ¡Márchate¡


Desvió la mirada  y vi como su dureza se transformaba en dulzura y suavidad al posarla en aquellas plantas deformes.


-Solo ellas son necesarias,  solo ellas merecen mi cariño.


-¿Cómo te quedaste en Mhanseon? ¿Cuál es el secreto para hacerlo?


-¡Te he dicho que te vayas!¡ Fuera¡ -gritó ,aun con más violencia.


-Alquilo el corazón, estoy deshecha, destrozada… ¡Necesito quedarme!- dije emitiendo un grito desgarrador.


Me miró detenidamente.


-¡Ja! no creo que lo quiera nadie, está viejo, roto, dañado, ajado…


Un duelo de miradas se mantuvo entre nosotras durante un tiempo no medible. Me tomó de un brazo y tiró de mí hacia el suelo, hacia la tierra, introdujo mi mano en ella y dijo:


-¡Húndete en ella¡ ¡Entiérrate¡


 Me levanté asustada y mientras lo hacía Louise comenzó a desvanecerse en hilos de niebla que dibujaron una frase:


“Encuentra el cadáver de Morrigan…”


CARMEN FABRE









4 comentarios:

Manuel dijo...

Querida Carmen: Mhanseon, evidentemente, está dando para mucho. En tu caso, para muchisimo.

Es un relato verdaderamente fantástico, en toda la extensión de la palabra.

Por suete, existen "Louise Svensson's" que nos dejan, con buena o mala cara, pistas cereteras y prácticas.

Espero que encuentres el camino que lleva al centro de tu hermoso ser, sin desvios ni pérdidas.

Rosa dijo...

Uff! ¿por qué cada vez que entro a leerte tengo esa sensación de plenitud absoluta?... No sé el motivo exacto, pero sin duda tiene mucho que ver con lo bien que escribes y como nos enseñas tanto como llevas dentro con esa humildad que sólo se da en la gente que realmente lleva tanto dentro.

Creo que cada día te admiro más mi querida Carmen.

Gracias por tu relato en todo su contenido.

Un abrazo absolutamente encantado

carmen fabre dijo...

Manuel,Mhanseon nos ha atrapado a unos cuantos,sí..pero ¿quién no se deja imbuir en un mundo creativo lleno de posibles situaciones con unos personajes creados y otros por crear? Cada habitante de Mhanseon crea su historia.. es una maravilla.

Gracias y sí,creo que al final,me encontraré...Carmen se encontrará. Beso.

carmen fabre dijo...

Rosa, qué decirte,me quedo sin palabras, bueno una sí que es la apropiada.. GRACIAS¡¡ Eres un encanto.

Besos¡¡

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