LYLA CORNELLI |
Déjame algo de tu alegría que la mía se me ha caído por
algún sitio. La he buscado en la cartera, en la almohada, en el coche, en el
álbum de fotos…, pero nada.
Préstamela unos días, seguro que la encuentro; cuando lo
haga prometo darle unas puntadas para
que no se vuelva a perder y así no molestarte más.
CARMEN FABRE.
4 comentarios:
Te presto la mía, aunque haya descendido considerablemente(será cosa de los años, jajaja).
A mí nunca me molestarías pidiéndome alegría ni cualquier otra cosa que yo pueda darte.
Un relato sencillo, emotivo y muy bonito.
Gracias, Carmen.
Un beso.
Leñe, juraría que escribí un comentario y que la página me dijo que había salido publicado... Mardita internés...
Te decía, MariFabre, que te presto la mitad de la mía sin plazo de devolución, que no andes molestando a nadie.
:-)
(Es que la alegría es de esas cosas estupendas que no disminuyen cuando se reparte, jamía, y es por ello)
(Y me ha encantao el texto)
Besos, preciosa.
Gracias Mila, tú tienes alegría para dar y tomar.
Besos.;)
Gracias, Fefa.. la recibo¡¡
Besos.
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