CONMISERACIÓN
Siempre me había echado en cara no tener un buen trabajo,
ser un inútil. Su cara de desprecio y conmiseración era la tónica habitual en
cada encuentro. Pero estaba equivocada. He conseguido un trabajo, un buen
trabajo, y va a tener la suerte de comprobarlo la primera. Ser un sicario es lo
que tiene.
CARMEN FABRE.
4 comentarios:
Muy bueno el microrrelato, aunque asusta. Te confieso que me lo he tenido que leer dos veces pq a la primera no cogí quién mataba a quién, ese juego tan seguido del masculino al femenino le da un toque de intriga.
Aquí ando, blogueandome la sangre de textos y poemas.
Un beso.
No digo yo que cada cual consigue lo que se merece: pero casi.
Gracias Ana, un beso.
A veces sí, Manuel.
Un abrazo y gracias, como siempre.;)
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