OBJETÓLOGA.
Cansada de oír las
mismas historias sobre traumas infantiles, complejos de culpa, de inferioridad o narcisismo, rupturas de
pareja, obsesiones, filias o fobias diversas y demás trastornos propios del ser
humano, decidí dar un giro a mi carrera.
Asistí a congresos, hice estudios de campo en profundidad y
cuando logré el nivel necesario cambié el rótulo de mi consulta por el de: “Objetóloga”.
Y me fue muy bien. Semanalmente venían a mi consulta una
ventana con vértigo, una pila de botón que había perdido su ojal, una báscula
con bulimia, un sillón de orejas que oía voces y un reloj taquicárdico.
Mañana tienen concertada cita una cafetera con narcolepsia y
un azucarero convencido de que es diabético
CARMEN FABRE.
11 comentarios:
Es sencillamente genial. La idea, el desarrollo... "Una báscula con bulimia, un sillón de orejas que oía voces"... por Dios, es que... eso: genial.
(Te lo dije, ¿no?) :-)
Un abrazo, peazo escritora.
Sí, la originalidad en todo su concepto, ¡¡me encanta!!
Un besito.
No me extraña el oro refulgente que ha conseguido este relato, querida Fabre creativa y original, que vuelves a dar muestras de esa soltura de quien lleva escribiendo con denuedo desde su más tierna infancia (no los la das con queso con ese cuento de que fue antesdeayer…). El relato que te has marcado lo asocio por ejemplo con Michael Ende, maestro de los mundos de Fantasía, cuyo padre tenía una consulta y él era seguidor de la antroposofía, donde todo tiene dinamismo propio... Este relato es una pura delicia, un beso agradecido.
Originalidad y creatividad a raudales en este relato. Y, como siempre, buena escritura. Si tu primer libro de narrativa "Ese otro tiempo" es bueno - mejor que bueno, extraordinario - el próximo promete. Eres una estupenda escritora, Carmen. Y esto no lo dicta el cariño, sino que yo sí se leer. Con perdón. Y tú, por supuesto. Así que leéte con objetividad y reconoce las cosas, je, je. Un abrazo :-)
Fefa hay muchos objetos esperando ser tratados...
Muchas gracias, amiga.
Un beso.
Gracias Mila, un abrazo grande.
Ya te comenté que en algún momento sí que pensé en La Historia Interminable, un libro que cuenta su propia historia. Me gusta la personificación de los objetos, hay veces que creo que la tienen...
Gracias por tu visita. Un beso.
Vale, vale... Un abrazo Emilio.;)
Pues hay que tener la inteligencia que a ti te sobra para crear algo así, Carmen. Enhorabuena!.
¿Los chatarreros tienen cabida en esa consulta?.
Un beso.
La genialidad en tus relatos ya forma parte de ti corazón. Digo yo que igual va a ser algún trauma de pequeña que te hace poner toda tu imaginación en la escritura (jajaja!). Un placer leerte.
Besos
Complicidad con las cosas en unas "sinestesias" mágicas y deliciosas que son de lo más ingenioso:
"ventana con vértigo","sillón de orejas que oía voces"...
Irene Cruz
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