FRUSTRACIÓN.
No logro apartar mis ojos de él.
Su lividez, la blanca palidez de su rostro me atrae
hipnóticamente.
Y él lo sabe.
Cierro los ojos e incluso sin verlo recuerdo su contorno
de líneas rectas y bien marcadas,
perfectas, en una pose que parece burlarse de mi incapacidad, de mi ineptitud,
de mi ignorancia, de mi frustración.
Y mientras, él, el
word en blanco, sigue aguantando, impasible, mi mirada.
CARMEN FABRE.
2 comentarios:
Qué bueno, Reina de picas, qué bien consigues explicarlo y qué bien engañas.
Sei grande, cara.
Abrazo enorme.
Magistral y seguro que te han sobrado palabras, a mi siempre me faltan.
Un abrazo
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