jueves, 2 de octubre de 2014

ALICIA C.



Uno de los momentos claves en la vida de Alicia C. sucedió cuando fue consciente de que podía manejar su subconsciente conscientemente y utilizarlo para controlar, a su antojo, el subconsciente de los demás.



Alicia era una muchacha inquieta, movida  de aspecto enfermizo, pálida y nerviosa y sobre todo “sensible”, muy “sensible”. Si alguien gritaba se alteraba, una palabra brusca la sobresaltaba; cuando iba a la escuela se desencajaba y así poco  a poco consiguió que sus padres la dejaran en casa recibiendo clases de profesores particulares. Esa fue su primera conquista y no sería la última.



No llamaba la atención de modo especial por su belleza pero algo tenían sus ojos grises que laceraban a quiénes miraba y les hacía retirar los ojos, bajarlos. Esa fue su segunda conquista, darse cuenta, ser consciente de ese poder y de su uso para manipular a  los demás.



Quería y conseguía siempre llamar la atención, deseaba ser apreciada como alguien superior, especial y para ello utilizaba un aire calculado en su cadencia, andaba de un modo peculiar y usaba palabras incomprensibles para quienes le rodeaban. A veces no lograba su objetivo y, entonces, recurría a medios más intensos para hacerse notar, pero no los fingía, sucedían de verdad ya que cualquier impulso que no podía exteriorizar se plegaba y replegaba en su interior, se retorcía y destrozaba sus nervios. Le daban convulsiones, temblores, se quedaba rígida y entonces conseguía la atención de todos los que estaban a su alrededor. Sus nervios se conectaban automáticamente cuando quería, sufría de  ataques de angustia y alucinaciones de modo cada vez más frecuente y siempre cuando quería conseguir algo, lo que fuera.



Consciente de todo su poder, Alice Carson llevó a cabo la que sería su creación magnífica, majestuosa la más fehaciente de las demostraciones de su capacidad de manipulación, creó una nueva Religión. Escribió su propia Biblia, su “Libro” y logró innumerables adeptos en poco tiempo; logrando, sin otra arma más que su fe tenaz en su propia fe, conseguir cambiar lo inverosímil en verdadero y vivir prodigiosamente hasta su muerte.



La psicología de masas todavía no ha encontrado explicación a ésta, ni a tantas otras historias parecidas, pero han ocurrido y suceden, ya lo creo que suceden.

CARMEN FABRE


6 comentarios:

Frida dijo...

Jolín con Alicia, pero lo que más me inquieta es que, como dices, hay otras alicias en el mundo, manipuladoras natas. Con otros nombres, con otros ojos, pero alicias. ¡Cuidado con ellas! (incluso si se llaman Pepe).

carmen fabre dijo...

Pues sí Frida y , como casi todo lo que escribimos, está basado en una persona prototipo de muchas más.

Manipuladoras que acaban consiguiendo lo que quieren a base de hacer daño Y culpabilizar permanentemente al otro.

Besos y gracias¡

Emilio Porta dijo...

Lo malo es cuando estas "Alicias" y "Alicios" llegan a liderar grupos que ven en su ídolo la encarnación del Absoluto. Hitler era un ser encantador para los suyos. Y sus discursos enardecían a los que, embobados, le escuchaban. Los encantadores y encantadoras de serpientes que, al ser ellos/ellas mismas de esa especie, listos, muy listos, hacen de las masas y de sus adeptos un arma de alienación y destrucción difícil de parar. Vivimos en un mundo donde la distancia entre ser especial y ser un psicópata, a veces, es muy pequeña.

Unknown dijo...

Pues como Alicia se tome con alguna hada la revienta a bofetadas, te lo digo yo. Hasta la coronilla estamos ya de manipulaciones. Más de una Alicia tengo yo cerca. ¡Puaj!
Me encanta, por cierto!
(Guau, he tenido tiempo para leer algo en el blog de mis amigas. ¡¡voy a echarme un gintonic o algo, no? Esto merece celebración :)

Mari Carmen Azkona dijo...

Parece que hay coincidencia en los pensamientos y que todos conocemos a algún Alicia/Alicio con ese poder. Esperemos que no se reconozcan y formen una corporación. O tal vez si… ¿Qué ocurriría si se enfrentasen entre ellos/as? Tal vez sea el modo de librarnos de esa plaga. Esto da para otro relato ;-)

Besos y abrazos.

carmen fabre dijo...

Veo que todos conocéis a alguien así o parecido.

Personas tóxicas y manipuladoras.

Gracias a todos: Emilio, Astarté y Mari Carmen.

Un beso grande

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