domingo, 23 de noviembre de 2014

TALLER.



TALLER.

Recogía sus encargos en el antiguo taller heredado de su padre. Era de la familia desde un tiempo desvanecido en la niebla de la magia.

Al amanecer se le escuchaba trajinar con  herramientas y un susurro de palabras, como un mantra, que repetía sin cesar.

 Arreglaba roturas provocadas por engaños, decepciones, mentiras , traiciones y demás infamias.

Pero lo que nadie sabía es que cada vez que reparaba un nuevo corazón y lo entregaba con el latido acompasado, al suyo le quedaba un trocito menos.


CARMEN FABRE.

2 comentarios:

Angeles Fernangómez dijo...

Pero yo creo que se le regeneraba, vaya que sí.

carmen fabre dijo...

Igual sí...quién sabe.

Gracias, Ángeles. Besos.

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