VÍA MUERTA.
La mujer camina todos los días por la estación de tren. Se
desplaza despacio entre el barullo de gente, nadie repara en ella.
Entra en un bar desde el que se ve la plataforma del andén
dos. Ocupa siempre la misma mesa y mira fijamente al horizonte observando la
entrada de los trenes.
Llega el cercanías de las 5.30 y entonces sus ojos parecen
cobrar vida. Cuando el tren parte lo sigue con la mirada y se levanta. Mañana
repetirá la misma escena.
Es el tren que tomó el día de su muerte.
C.F.
2 comentarios:
Buenísimo, reina de picas.
Qué grande eres.
Gracias, reina¡
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