VENGANZA.
Ayer, ordenando un cajón, encontré la foto de mi curso de
C.O.U.
Reconocí a todos menos al
situado cinco lugares a mi
derecha; un chico de apariencia taciturna.
Al cabo de varios días la miré otra vez y me pareció que el desconocido había
cambiado de postura.
— ¡Qué tontería!— pensé.
Pero cada vez que
cogía la foto aparecía más cerca de mí
hasta que lo vi a mi lado mirándome con una sonrisa que daba escalofríos. Metí la foto en el cajón y cerré con llave.
Esa noche se me apareció en sueños y dijo:
—Soy Rubén Rocamora.
Me despreciabas constantemente. He vuelto.
Desperté bruscamente, sudando y angustiada.
Busqué en Google y descubrí, aterrorizada, que había muerto hace quince años…
CARMEN FABRE.
2 comentarios:
Uau, qué "yuyu". Y es que el pasado puede volver para atormentarnos, para hacernos repetir lo que hicimos mal o para purgar nuestros pecados.
Yo quemaría la foto, por si acaso.
Un relato muy intenso, corto y terrorífico.
Un abrazo.
Qué bueno, MariFabre.
Pero eso no nos sorprende.
Nos estás malacostumbrando.
Abrazo enorme.
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