martes, 7 de junio de 2011

EN AUSENCIA DE BLANCA. ANTONIO MUÑOZ MOLINA


Me hipnotizó. Hasta el punto que una  mañana me pasé de parada en el autobús.

Es una historia circular, empieza y termina igual, no hay desenlace te deja a ti continuar y fabular con ella. El lenguaje es exquisito.

Narra una dependencia mutua, egoísta y aprovechada, quizás inconscientemente, por los dos personajes principales de la novela.

Mario con sus emociones y sentimientos puestos incondicionalmente a los pies de Blanca y ella, dejándose llevar y acogiéndolo cómo si tuviera derecho a ello desde un tiempo inmemorial, sin cuestionarse nada en ningún momento. En los dos se huele terror a la soledad, se agarran entre sí, pero no se tocan emocionalmente.

Él tiene un temor continuo a perderla, sintiendo que no  la merece, que ha tenido suerte de que Blanca se haya fijado en su existencia y casado con él, que   sea ”suya”… debido esta inseguridad crea una obsesión en la que se basa la novela, no  digo cuál; o igual realmente tiene razón y lo que piensa es real…

Blanca simplemente se deja cuidar y admirar… acepta con displicencia la entrega de Mario y le hace ver su inferioridad cultural y social con ella, en cierto modo le desprecia, “funcionario mental”, le llama….

Son totalmente diferentes en origen, educación, familia y aficiones; él ordenado, metódico, previsible siempre; ella caótica, inquieta culturalmente o al menos lo intenta, inconstante, nunca satisfecha, pseudoenamorada de “lo último”, de “la vanguardia”.

Hay una reflexión profunda y desgarradora sobre el amor y la entrega; la incondicionalidad de ambos conceptos y… el momento en que algo se rompe dentro de ti con un sonido indescriptible y, la idea de la persona amada se deshace como un cubito de hielo en un vaso de agua… desaparece, ya no “es”, ya no “está” y el amor se convierte en algo enfermizo y patógeno del que no eres capaz de liberarte.

¿Por qué el sentimiento amoroso es tan complejo? ¿Por qué no hay igualdad en la entrega? ¿Por qué se destruye algo elaborado en nuestra mente con tanto mimo, sigilo y cuidado? ¿Por qué queremos la idea que hemos fraguado en nuestra cabeza de una persona y no a la persona en sí misma? ¿Por qué se te desgarra el alma y no eres capaz de recomponerla? ¿Por qué empiezas cada día con la intención de que sea distinto y es igual? ¿Por qué nuestro cerebro, tan evolucionado él, no encuentra salida o si la encuentra no le permitimos acceder a ella? ¿Por qué nos aferramos a una vivencia dañina y malsana?...ni idea, pero es así.

Puede ocurrir que nos veamos reflejados en uno de los dos protagonistas o en los dos; yo, según la etapa de mi vida que analice, me he sentido a veces Mario y  a veces Blanca, ahora me siento yo…





0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por visitarme.