viernes, 11 de noviembre de 2011

M327


En las conversaciones  previas a la visita del
neuroplástico personal, comentábamos los últimos avances en el control químico del 
córtex prefrontal.

 El cóctel M327 inyectado en el LCR medular, garantiza evitar, de modo inmediato, la lucha diaria por decidir lo más idóneo en cada situación; cansa  tener que vigilar constantemente su actividad ;  además  está de moda.

Decido por última vez de forma consciente,  lo hago.

 Su efecto secundario más importante es que supone un paso más hacia mi robotización… bueno, todavía me quedará el control de parte del hemisferio izquierdo.

Siento el pinchazo de la cánula en la médula espinal y el cóctel entrando; cierro los ojos.

CARMEN FABRE



10 comentarios:

Manuel dijo...

Un pinchazo... una simple punción subaracnoidea, o epidural, y todo se acaba.

A veces se acaba el dolor, a veces la vida. Según dosis, el movimiento.

Cuando, tras la punción, sobreviene la muerte, hay todo un rito que la antecede. Un bostezo prolongado, un simple bostezo. Luego, la sangre abandona repentinamente su escenario y todo se torna lívido. Es la "sensación de muerte inminente" que ya no alcanza al que la sufrirá, por ausente desde su cerebro. Esa fase atañe a quien administró la punción. Adrenalina... Efedrina... ¿Será suficiente?.

¿Tensión arterial?... Una voz formal, inestimable, necesaria, responde: 60, no se detecta mínima. Otra voz que no puede quebrarse ordena como súplica: "dos de Efedrina".

Lo segundos pasan como espadas en el cerebro que cuenta "1,2,3,4,...". ¿Tensión arterial?. Ya no hace falta la respuesta: una luz ha renacido en rostro que tengo bajo mis ojos.

carmen fabre dijo...

Buenos días,Manuel.

Has realizado una descripción de una escena que,seguramente , has vivido.. me ha impresionado mucho; la antesala a otra dimensión o a otra vida o simplemente a nada. Gracias, dejas en mi casa un relato magnífico.

Un abrazo..

Mari Carmen Azkona dijo...

Magnífico relato, Carmen, y espero que no haya nada de visionario dentro de él. Siempre he pensado que en los relatos de ciencia-ficción hay más de ciencia que de ficción y me da pánico que alguno de ellos se torne realidad.

Hay que reconocer que, para no existir el cóctel M327, siento que cada día nos vamos robotizado más, pensamos más y sentimos menos...o simplemente dejamos de pensar para que lo hagan otros en nuestro lugar. Nuestros actos son autómatas, mecánicos...

Carmen, espero que no se ponga de moda tu magnífico cóctel M327.

Besos y un fuerte abrazo

Frida dijo...

Me gusta este color futurista del que últimamente tiñes tus relatos. También te he visto descansando en Winter con mucho desparpajo ;-D
Fans de Isaac Asimov, no lloréis la pérdida de vuestro ídolo, ha nacido su sucesora y se llama Carmen Fabre.

Rosa dijo...

Caray Carmen... Me has dejado el estómago encogido mientras leía este tremendo relato. Me he transportado de nuevo a ese Mundo Feliz de Aldoux Huxley que tanto me angustió en su momento y que prefiero no recordar, por aquello de las comparaciones con nuestro mundo actual.

Qué bueno corazón. Me ha encantado.

Un beso decidido por mí misma, sin que nadie me lo chive

Unknown dijo...

Qué bueno cariño. Coincido con Frida, el tinte futurista se te da genial. Es un texto crítico y que invita a la reflexión sobre nuestras expectativas de futuro... sobre la existencia en general.
Ay, mi escritora. Eres genial!!

carmen fabre dijo...

Yo también lo espero Atxia, gracias por tu visita.

Besos.

carmen fabre dijo...

Frida, compararme con Assimov nada menos¡¡

Me alegro de que te guste, un abrazo y gracias.

carmen fabre dijo...

Rosa, recibo ese abrazo decidido por ti.. un lujo.

Gracias por tu visita y comentario.

Besos¡¡

carmen fabre dijo...

Laura ,me alegro que te guste el tinte futurista, pero da miedo ¿verdad? con lo tierna y calentita que es la vida ¡¡

Besos.

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