Cada poro de mi piel lo olfatea.
Todo se ha convertido en otoño, un perenne otoño de doce meses.
Me azota un viento perpetuo que
arrastra sin misericordia las pocas hojas de vida que quedaban en mí,
llevándose incluso la tierra que
guardaba para germinar de nuevo; me quedo en piedra viva, desnuda.
Y se me queda el tiempo como una hoja seca
entre las páginas de un libro, de un libro inacabado, el de mi vida.
CARMEN FABRE.
6 comentarios:
Como siempre, fantástico, Carmen.
Eso de "en piedra viva" llega muy adentro.
Me alegra volver a sentir que las cosas empiezan a estar en su sitio. Nos vemos muy pronto.
Besos.
Todos tenemos una vida inacabada, amiga Carmen.Pero yo vuelvo a vivirla no sólo con quienes están, sino también con los que se fueron.... es un privegio... como el de haberte conocido. Besos..
Precioso Carmen. Me encanta ese "arrastrar sin misericordia las hojas de una vida". La imagen es muy buena, como todo él...
Un beso enorme
Laura encantada de leerte y notarte por aquí. Gracias por tus palabras tan cariñosas. Un beso ¡¡
Hola Rosa, he estado fuera de Madrid y llego ahora.. leer tus palabras siempre es una delicia. Muchísimas gracias y me alegro de que te guste, besos , nos vemos el jueves¡¡
Manuel un abrazo, amigo. Me satisface que te lleguen las palabras del texto.. mucho, ya lo sabes.
Besos y nos vemos el jueves¡¡
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