MinoNet.
Era inevitable. Tarde o temprano tenía que llegar, solo era
cuestión de tiempo.
El Laberinto de la Red, con innumerables links que llevan a
distintas páginas web, entrecruzándose entre ellos, propició el nacimiento del monstruo.
Una criatura híbrida entre el espacio virtual y la avaricia humana.
Se llamaba
MinoNet. Habitaba en el centro del Laberinto y su poder era inmenso.
Crecía y se hacía cada vez más fuerte entre chats, blogs, páginas
web, portales, servidores y demás componentes consumiendo a los más apetecibles
y mejor posicionados. Le gustaban también los más jóvenes, los recién
estrenados o reformados que andaban despistados en su inicio o reaparición en
la red.
Con el fin de evitar una destrucción descontrolada, como
estaba ocurriendo, los Avatares se reunieron y decidieron proporcionar al
monstruo catorce entidades cada año elegidas al azar entre los elementos de la
Red .
Pasaron años, lustros, décadas…durante los cuales se siguió
alimentando al MinoNet que continuaba siendo insaciable. No sabían cómo
terminar, cómo finalizar con ese tributo al monstruo, con esa sangría de la Red
de Redes.
Un joven avatar, TSO, decidió enfrentarse a MinoNet y se dirigió a la entrada de Laberinto
decidido a morir engullido por él o a vencerle en su campo virtual y acabar con
la destrucción sistemática de espacios de la Red. En su camino se encontró con el avatar de ARDNA, una joven. Se enamoraron y
ella se ofreció a ayudarle entregándole un troyano que, aunque provenía de otra
historia, valdría igual para acabar con el aniquilador.
Con la ayuda de ARDNA creó una copia de seguridad para poder
volver a la página de inicio de donde partiría. Protegido por el escudo viral
fue adentrándose en el Laberinto y pasando de URL en URL llegó a su centro
donde habitaba el MinoNet. Allí estaba, como esperándole.
Utilizando el troyano, pensando en ARDNA y en la gloria de
vencer a MinoNet, logró deshacerlo dejando sus bytes inutilizados. Después,
activando la copia de seguridad, volvió al inicio; allí le estaba esperando
ARDNA, intercambiaron sus enlaces y unieron sus archivos para siempre.
CARMEN FABRE.
8 comentarios:
Un relato fantástico que engancha de principio a fin y muy actual, en el que la propia red es ese Minonet que nos subyuga a cada paso. Una red en la que si no estamos presentes es como si estuviésemos muertos.
Un abrazo grande,
Eva.
¡Es una historia de amor! Qué bueno, cariño. Es, por un lado, un relato entretenido, pero también es de esas historias que nos hacen pensar sobre nuestro comportamiento y nuestro futuro relacional. Muy interesante, como siempre, Carmen.
Un beso muy gordísimo.
Qué gran relato, mari.
Reverencia, reverencia, reverencia...
:-)
Y un abrazo.
Gracias Eva. El laberinto de la red nos tiene enredados en él y nos atrapa constantemente.
Un beso para ti, también, grande.
Sí, Laura, todo tiene que ver con el amor...afortunademente ;)
Besos , niña.
Ay, Fefa tus reverencias me fascinan, muchas garcias.
Cuando vi que el tema del Tintero era Laberinto, no sabía ni por donde entrar ( nunca mejor dicho ;))
Besos¡¡
Me ha encantado tu historia de amor enRedada. Con lo que me enRedo yo con el formateo y las URL que siempre pienso si será un monstruo vikingo.
Gracias, por hacerme pasar un buen rato.
Un abrazo
Me alegro de haberte hecho pasar un rato agradable, Rosa.
Muchas gracias por tu comentario.
Un beso.
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