ESPECTÁCULO.
—Venga,
siéntate. No vaya a ser que hoy sea cuando se decida y nos lo perdamos.
—Voy pero no creo. Lleva así todas las tardes desde hace siete días.
En el edificio de enfrente y a través de una ventana veíamos a un hombre. En ropa interior subido a una silla y con un cable anudado al cuello, sujeto a una argolla del techo.
Bajaba subía, daba vueltas por la habitación. Se volvía a encaramar, arrimaba la punta de los pies al borde de la silla… No se decidía.
—Bueno pues voy a por el café.
—Sí. A ver si mañana…
—Voy pero no creo. Lleva así todas las tardes desde hace siete días.
En el edificio de enfrente y a través de una ventana veíamos a un hombre. En ropa interior subido a una silla y con un cable anudado al cuello, sujeto a una argolla del techo.
Bajaba subía, daba vueltas por la habitación. Se volvía a encaramar, arrimaba la punta de los pies al borde de la silla… No se decidía.
—Bueno pues voy a por el café.
—Sí. A ver si mañana…
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CARMEN FABRE.
16 comentarios:
ufff... tan fuerte como real. Un relato corto y contundente. Para pensarlo.
Me gusta tu estilo. Saludos.
Vaya pareja de mirones. Muchos hay que parecen encontrar placer en husmear en la vida ajena sólo por ver sus penas y desgracias pero sin mover un dedo para evitar lo evitable. Un gusto leerte.
Un abrazo.
Un relato lleno de ingenio.Terrible e irónico a la vez. Uno de los mejores micros que he leido nunca. Qué buena escritora eres, Carmen. Se nota la inteligencia y cultura que hay detras de lo que escribes. Sin ellas es difícil ser buen escritor. Enhorabuena. Un abrazo grande.
Muchas gracias, Máximo.
Un beso.
Y un gusto sentirte por aquí, Josep.
Un abrazo.
Qué decirte Emilio...
Muchísimas gracias y un beso grande.
Qué bueno cariño! Me encanta!
Eres tremenda, reina de picas.
Talento a raudales en este micro.
Besos, muchos.
Muy bueno Carmen, reflejas, perfectamente, la frialdad de la sociedad que vivimos.
Un beso, Laura. Viniendo de ti un gran elogio.
Besos, muchos¡¡
Gracias, Vichoff. Tú me quieres ¿verdad?
Un besazo
Efectivamente, Carmen. La indiferencia es una niebla que se extiende y cala.
Besos y gracias por tu visita. Te espero de nuevo¡¡
Estoy convencido que habrá segunda parte...
Que tristemente real puede resultarnos tu relato.
Basta con ver la cantidad de tele-basura que colma la caja tonta para sentir más y más real tus palabras.
Un saludo.
Gracias, Jaime.
Es absolutamente cierto lo que dices.
Un abrazo grande.
Fco. Javier , pues no lo sé, quizás...
Besos y gracias.
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Gracias por visitarme.