VUELTAS.
Me agarraba la mano con fuerza para no perder el ritmo y
lograr que diera vueltas con la adecuada cadencia. Su seguridad y aquellos ojos
fijos en los míos, me fascinaba.
Conseguía que mantener los giros cada vez más rápidos fuera
algo sencillo y ligero, sin perder nunca
la armonía del movimiento. Su cuerpo junto al mío y el olor a especias que
desprendía, me atolondraba. Trataba de no fallar, manteniendo el compás que
ella marcaba en las vueltas cada vez más rápidas…
Y de pronto…
—Luis, si no prestas más atención saldrán grumos en la
bechamel ¿En qué estás pensando?
CARMEN FABRE.
2 comentarios:
Por lo menos, mientras duró su ensueño fue feliz. Por lo menos, algo hicieron juntos. Luego, el desencanto pondrá las cosas en su sitio.
Me ha gustado mucho y la sorpresa lo ha acabado de mejorar.
Un abrazo.
Muchas gracias, Josep¡
Besos¡¡
Publicar un comentario
Gracias por visitarme.