martes, 6 de octubre de 2015

NÚMEROS COMPLEJOS.

Números complejos.

Éramos la ecuación perfecta. Dos términos sin orden de prioridad, sin necesidad de  igualdad.

 Prometimos multiplicarnos dando un resultado exacto. Fuimos  la excepción que confirmaba cualquier regla de la probabilidad; pero un día  me dijo que por fin había despejado la incógnita de su mente y que tenía el corazón dividido, fraccionado… Nuestra ecuación se convirtió  en irracional. Sin solución dentro del campo de los números reales

Confesó haber encontrado un límite que le prometía el infinito y que no tendía a cero, como yo.


 Se fue, pero nunca podré olvidar su imagen, tan atractiva, de variable dependiente intentando ser independiente.

C.FABRE

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que las ciencias puras se cuelen en nuestras vísceras refuerza la idea de que el Universo es infinito en su perfección matemática.
Me encanta esta idea de transversalidad, alejada de estereotipos y cuadraturas mentales, a fin de cuentas, las relaciones humanas son así.

Un abrazo, Maricarmen.

carmen fabre dijo...

Muchísimas gracias, Esther. Un beso grande.

Josep Mª Panadés dijo...

Un juego matemático sin precedentes. Las ciencias exactas, sin embargo, no casan bien con el amor y a veces resulta muy difícil resolver el problema.
Muy original esta incursión matemática en tu relato.
Un abrazo.

carmen fabre dijo...

Muchas gracias, Josep. Un beso grande.

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