martes, 7 de junio de 2011

QUIÉN

¿Quién dice que se acabó? ¿Quién se otorga el poder del tiempo, del infinito, de la capacidad de soñar? Es ahora  o nunca, ya no hay vuelta atrás y jamás la hubo.

Debo elegir: quedarme con los brazos cruzados, bajos, caídos… viendo la película de lo que mi vida podía haber sido o levantar un pie tras otro y convertirme en protagonista de lo que sea que es esto que llamamos existencia, vida.

 Caerme y levantarme, darme de bofetadas con la contrariedad y salir reforzada, asustarme y morirme temporalmente de miedo, para surgir como un titán enardecido, atrincherarme y sacar la cabeza aunque las balas silben en mis oídos y rocen hiriendo mi cráneo…

 Llorar porque he aprendido a hacerlo sin penar… reír porque es una expresión de la soledad doliente de instantes eternos…

Vivir la ebriedad de la emoción y estrellarme con ella y en ella, no evitarla por miedo a la resaca de la decepción, que llegará, pero por haber vivido, no por evitar las sensaciones… sentir…sentir… siempre sentir, aunque duela y ahogue mi respiración…

Ver en mis manos la capacidad de apremiar al corazón para que vehementemente me obligue a estrujar cada segundo y que no se me escape nada, nada que pueda hacerme feliz.

Hacerme las preguntas correctas ¿Por qué no? ¿Por qué  a mí no? ¿Por qué no ahora?  Ir a por lo que sospeche mínimamente que me pueda hacer feliz…. Perder la vergüenza, sí, perderla aunque sé que nunca la he encontrado...y mostrarme como soy sin miedo, sin ambages; que quién me lea me conozca y viva conmigo, si quiere, este jeroglífico sin brújula, esta cartografía inexplicada e incompleta que es la vida,  ir directa hacia lo que quiero, porque ya se ocupa el mundo de dar vueltas …dejar entrar en mis sueños si me dejan entrar en los suyos, eliminar las sombras que no dejan ver la claridad de lo hermoso , concederme todas las posibilidades de ser  porque nada es inalterable.

Dejar que yo y todo lo que contengo, esté en un continuo proceso de cambio; la mayor parte de esos cambios son minúsculos y escapan a mi percepción, pero son reales y a lo largo de un periodo de tiempo lo suficientemente largo su efecto combinado hace que todo lo que me parecía imposible se convierta en probable y más adelante en real.

Ser sentido común caótico y desorganizado… siguiendo los dictados de mi teoría favorita…excéntrica, porque en el centro no está la virtud, está el aburrimiento y el letargo; centrífuga, tangente… saliendo constantemente de la órbita de lo normal ¿qué es lo normal? ¿Lo defines tú o yo? Creo que yo.

Dar rienda suelta a la felicidad o a la amargura a la pasión, por lo que sea, en cada momento; no engañarme primero a mí y así no engañar a nadie, mostrar la certeza de lo incierto…aprender a rechazar la compasión y aceptar la generosidad y el consuelo…

Sacudir la ortodoxia con la imaginación que contenga en sí misma errores aplicables, quiero errores fructíferos llenos de semillas de mis propias correcciones y que quién sea se quede con una verdad aséptica y estéril… quiero ser torpe para situarme en el km 0 de múltiples aprendizajes…


¿Quién dijo que no se puede? NADIE, yo lo dije una vez y me arrepiento.

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