sábado, 28 de abril de 2012

HILOS EN LA NIEBLA (IV)





¿De mi parte? Eso es imposible.

 Miré hacia dónde venía la voz, por el pasillo central de la librería caminaban hacia nosotros Laura y ,la que supuse era, Akane.

 Como todos los demás habitantes de Mhanseon tenía su óleo en la pared del salón, encima de la chimenea, situado entre los de Louise y Benjamin. Me pareció  mucho más bella  y atractiva en persona ,el retrato no le hacía justicia.

Vi a una mujer de edad parecida a la de Laura y aparentemente alegre, a pesar de pronunciar esas palabras en un tono en el que se percibía claramente enfado o , al menos, molestia.

Menuda de estatura y  estructura corporal se movía casi sin hacer ruido, como deslizándose por la moqueta del pasillo. Su rostro blanco, muy blanco con reflejos de luz de luna presentaba la forma de un óvalo casi perfecto, enmarcado por una melena negra, lacia y larga, el flequillo era espeso ,cortado en una línea recta, tan perfecta que parecía trazada con exactitud milimétrica.

Pero lo que más me llamó la atención eran sus ojos rasgados, con el párpado superior característico de la raza oriental muy marcado en un pliegue que caía encima del ojo, tapando casi las pestañas. La pupila, enorme, apenas se distinguía del iris negro,  dando una expresión a su mirada de una madurez impropia de la edad cronológica que tenía, además de una intensidad y  potencia impactante.

No sé por qué pero toda ella me recordaba, mejor dicho, la asociaba a una imagen:  una isla de perfiles prominentes,  poblada de recuerdos y rodeada de un halo que la separaba del mundo. En sus ojos parecían asomarse barcos que entraban y salían dejando parte de su historia en ellos. Tendría, seguro, un almacén de botellas de cristal en el corazón, la mayoría sin mensaje.

Se nos acercó y preguntó:

-¿Quién eres y por qué dices que ese sobre viene de mi parte?

-Soy Carmen, uno de los invitados de este año en  Mhanseon. El sobre me lo dio Benjamin .Me indicó que le dijera  a Rafael que era tuyo para asegurarnos de que lo cogería y abriría. Parece que tienes alguna influencia sobre él.

En ese momento Rafael sonrió con el gesto entre tímido y galante que iba formando ya parte de su personalidad , miró de reojo a Akane por encima de sus gafas, a la vez que se tocaba ,distraídamente, la visera de su gorra

-Bueno, ¿abrimos el sobre o qué? –dijo Laura .Por cierto llevaba unos zapatos rojos tipo stiletto preciosos que no acierto a comprender de dónde salieron…más tarde me dijo que ella nunca va a ningún sitio sin sus tacones y que los llevaba en una bolsa dentro de su mochila.

-Sí, ábrelo Rafael, por favor.

 Cogió un abrecartas dorado y rasgó el sobre por la parte de arriba, respetó el lacre rojo de la solapa.” Es que da pena romperlo…”-explicó a modo de excusa.

Sacó una hoja tipo papiro doblada en cuatro partes,  la desplegó y, mientras tanto, rodeamos a Rafael para leer lo que ponía, inmediatamente vimos que era algo totalmente ilegible, como si estuviera escrito en una lengua antigua y desconocida. Nos miramos desconcertados y entonces Akane dijo:

-¿Tienes un espejo, Rafael?

-¿Un espejo? ¿Para qué? -dije yo.

-Si, espera y  sacó uno de debajo del mostrador.

A continuación Akane puso la carta delante del mismo y el texto se leía perfectamente.

Decía lo siguiente:

“En la tercera estantería del pasillo , detrás de los libros soñadores ,hay un resorte con forma de hacha de dos cabezas, gira hacia la izquierda y se abrirá una trampilla .En el hueco hay una llave, cógela y ve a Mhanseon ,sube a la buhardilla. Debes buscar un arca de tamaño mediano, antigua y abrirla , dentro encontrarás una caja de música, ponla en marcha. pero ten cuidado, Carmen, no todo es lo que parece…”


Me quedé en silencio ¿Quién había escrito esa carta? ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Cómo …? Multitud de preguntas sin respuesta se agolpaban en mi cabeza. Desconcertada miré a los demás, aparentemente nadie se cuestionaba lo mismo que yo. Laura dijo:

-¡Venga , vamos allá¡ y se pusieron a caminar los tres hacia el lugar que señalaba la carta. Akane se paró en seco y dijo:

-Debes hacerlo tú, Carmen.

Después , me miró de un modo muy peculiar y se fue hacia la salida.

-¡Espera¡ -dije yo, pero desapareció sin darme tiempo a decir nada más.

-¡¡Pues vaya modales, hija¡¡ Laura frunció el ceño y comenzó un pequeño discurso sobre la educación y las maneras, creo, porque casi no la escuchaba.

Fui a la estantería, seguí las instrucciones de la carta y recogí la llave. Estaba nerviosa y apuré a Laura para marcharnos cuanto antes a Mhanseon

Al  despedimos de Rafa nos regaló un libro de Haikus que a Laura la entusiasmó. Le dio dos besos tan apretados que ladearon sus gafas.

-Mucha suerte, Carmen y si ves  Weird Lady, le das recuerdos de mi parte y  que la espero por aquí cuando quiera.

Su sonrisa seguía siendo una delicia, era un hombre muy especial

-Te repito que no la conozco, Rafa.

-Yo sí-dijo Laura , llegó el otro día pero se fue, creo que con un antiguo amigo.

Los ojos de Rafael se apagaron un poquito. Me dio la impresión de que es algo enamoradizo…no sé.

Salimos de Mushroom Pillow y nos dirigimos hacia Mhanseon, las miradas de la gente del pueblo seguían siendo de desconfianza y se apartaban  de una manera sutil ,pero cierta, cuando pasábamos cerca.

En el camino Laura hacía planes, quería  subir conmigo a la buhardilla, le dije que no, que era algo que debía  hacer sola. Era yo la que quería quedarse en Mhanseon y para ello debía descifrar el misterio de la muerte y desaparición de Morrigan. Sabía que era así.

Ya en la casa me despedí de ella y subí a mi cuarto, necesitaba descansar algo y pensar. .Antes pasé por la cocina allí estaba Marion.

-Buenas tardes, Carmen ¿Quiere tomar alguna cosa? ¿Está mejor?

Le relaté todo lo que me había sucedido con Benjamin, la visita a Mushroom Pillow, la carta y lo que decía.

Dejó lo que estaba haciendo y se sentó conmigo en la mesa de la cocina, tomó mi mano y me dijo.

-Tenga cuidado, Carmen. Mhanseon , a veces, es peligrosa..

-Pero debo hacerlo, debo quedarme…

-Bien , pero no dude en pedir consejo, ¿lo promete?

-Sí, se lo aseguro, Marion, lo haré.

Subí a mi habitación con un sándwich y agua mineral con gas, comí sentada frente a la ventana que daba al jardín y después me tumbé en la cama.

Los sucesos ocurridos en mi vida hace poco tiempo volvieron a atormentarme, las preguntas de siempre se agolpaban y me atropellaban, los recuerdos tozudos, se empujaban unos a otros por ponerse delante de mí, por mostrarse con toda su dureza y realidad.

Recordé , otra vez, el preciso momento en que algo se rompió dentro de mí con un sonido indescriptible, el instante en que la idea de esa persona que amaba se deshizo como un cubito de hielo en un vaso de agua, el dolor de cuando percibes que ya no es, que ya no está y el amor se convierte en algo enfermizo, patógeno de lo que no era capaz de liberarme.

¿Por qué el sentimiento amoroso es tan complejo? ¿Por qué no hubo igualdad en la entrega? ¿Por qué se destruyó algo que elaboré con tanto cuidado y sigilo? ¿Por qué quería a la idea que hice en mi mente de él y no a él mismo? ¿Por qué no fui capaz de recomponer mi alma? ¿ Por qué me aferré tanto tiempo a esa vivencia tan dañina?

Las mismas preguntas y la misma ausencia de respuestas. Quizás en Mhanseon encontrase alguna o, al menos, la paz necesaria para ello.

Me levanté más cansada de lo que estaba pero debía subir a la buhardilla y lo hice.

Entré en la buhardilla. Eché un vistazo alrededor, parecía estar abandonada hace mucho tiempo, las telarañas eran espesas como lienzos, los espejos antiguos tenían aspecto lechoso debido al polvo acumulado y las paredes estaban ennegrecidas. Me dio la impresión de que había sido utilizada, habitada, por innumerables personas y que cada una dejó algo de sí misma en esas paredes. Parecían querer emitir palabras.

Comencé a buscar el arca , miré a mi alrededor y avancé un poco, al dar un paso pisé un libro y su interior crujió emitiendo algo parecido a un quejido,  surgió un líquido negro semejante a tinta que salpicó mi cara, de inmediato la estancia entera comenzó a girar como si mi acción hubiera disparado un mecanismo secreto, a la vez una gramola se puso en marcha y se escuchó “The Mummers Dance”, un temblor , una sensación de  miedo, casi de terror, se apoderó de mí. El instinto me  empujaba a salir de allí al instante pero si quería conseguir mi propósito debía quedarme allí y buscar la caja de música .

Cerré los ojos y dejé que la melodía de la canción de Loreena Mckennit entrase en mí,  al abrirlos la buhardilla había parado de moverse. Recorrí la estancia de izquierda a derecha girando sobre mí misma. En una zona sobre la que se posaba el rayo de luz proveniente de la ventana pequeña y estrecha, estaba el arca; me dirigí hacia ella y  la miré detenidamente, era preciosa a pesar de estar cubierta de polvo y algún que otro excremento, seguramente de ratones. La madera estaba labrada cuidadosamente , llena de signos muy diversos, algunos semejantes a los que vi en las paredes de La Alhambra, otros, como jeroglíficos egipcios y los más absolutamente indescriptibles.

La intenté abrir y cuando casi estaba a punto de hacerlo oi el sonido de los goznes de la puerta  , al volverme una luz terriblemente intensa me cegó.

 Solo alcancé a vislumbrar el borde de un vestido rojo… el de MORRIGAN…



 










3 comentarios:

Manuel dijo...

Pero, Carmen: yo lo que quiero ya es leer todo esto reunido en un hermoso libro con tu nombre!!!.

Voy a tener que hablar con quien yo me se.

Un besazo.

carmen fabre dijo...

^Gracias Manuel.. pero si todavía no sé cómo voy a seguir... me he metido en la historia y poco a poco enredando más..

Besos y gracias.

carmen fabre dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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