La noche puede al
atardece. El latido de la ciudad merma, se elevan los fantasmas de la retirada.
Miro el reloj y las
estrellas que aparecen bailan un tango macabro con el tiempo y el olvido.
No vendrá, tampoco hoy
vendrá.
Se me olvida siempre que
no se puede conjugar lo eterno con lo humano.
CARMEN FABRE
3 comentarios:
Carmen, menudas entregas tan hermosas nos estás dejando. Si el insomnio te sienta bien, la espera lo hace mejor...
Es un bello texto que me ha llevado a reflexionar sobre la eternidad y el tiempo. Y aunque son difíciles de conjugar, yo si creo que hay ocasiones en los que se pude vivir una eternidad en un instante.
Besos y un fuerte abrazo, continua regalándonos perlas como ésta.
Gracias, Mari Carmen. Efectivamente la eternidad se puede vivir en un instante, tengo otra prosa puesta en el blog que se llama así. ETERNIDAD.
Besos y gracias por tu visita, siempre presente .
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