No localizo el momento en que solté de la mano mi “niña” y
la abandoné para ser “adulta”, para seguir el camino de la “madurez”.
Pero mi “niña” no ha desaparecido, me estaba esperando y hoy
me he acordado de ella. He ido a buscarla dentro de mi paisaje interior, allí
estaba. Al verme me ha preguntado:
-¿Juegas?
CARMEN FABRE.
5 comentarios:
La infancia, nuestra verdadera patria...
Besos y abrazos
¡Qué bonito, Carmen! Supongo que a la pregunta de la "niña" habrás contestado un ¡SÍ! rotundo. Ojalá nunca desaparezca de nosotras la niña que sigue viviendo en nuetro interior. Yo me comunico, con frecuencia, con la que viaja conmigo a todas partes y, quizá, es ella la persona que mejor me conoce y me comprende. Ya sabes, cosas de corazones soñadores, jajaja.
Un besito.
Sí, Mari Carmen y muchas veces nos olvidamos de ella. Además la incentivamos poco y consideramos el comportamiento tierno , fantástico e imaginativo del adulto como algo que indica falta de evolución en la persona y, claro, no es así.
Un abrazo y gracias.¡¡¡ besos y suerte mañana, aunque no esté ... estaré.
Claro que sí, Mila y cada vez más... quién nos lo iba a decir hace unos años..
Besos, compañera, siempre pendiente.
Siempre que echemos mano de la niñez habremos encontrado la lucidez de la inocencia.
Muy lindo.
Un abrazo.
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