jueves, 26 de julio de 2012

LIBRE.


“Eres libre, puedes irte donde quieras”-dijiste.

En ese momento perdí todos los mapas, mi brújula dejó de orientar, las puertas y las ventanas se cerraron y fue el dolor,  una senda sin horizonte, el que se mostró ante mí.

CARMEN FABRE

7 comentarios:

Mª Carmen Callado. dijo...

Qué fácil dices lo difícil. La soledad a veces nos sorprende cuando se convierte en lo que antes no supimos bién qué era.

Un abrazo.

Laura Caro Pardo dijo...

La libertad, siempre tan necesaria, a veces se nos muestra dolorosa en el camino.

Un abrazo enorme y agradecido, Carmen.

Emilio Porta dijo...

El dolor, a veces, también libera. Cuando se asume y se supera, libera de la causa que lo produce. Hay que escapar de aquellos que causan dolor y daño. Gran entrada, Carmen. Ya sabes que lo escrito, una vez escrito, pertenece no solo al que lo escribe, sino al que lo lee :-)

carmen fabre dijo...

Carmen lo que me dices es tremendamente agradable, muchas gracias.
La soledad cuando viene de golpe, aunque la hayas deseado muchas veces, sorprende y cuesta habituarse a ella.

Un abrazo grande y me alegra que ya puedas comentar, siempre serás bienvenida, amiga.

carmen fabre dijo...

Esa es la idea, Laura. Si te acostumbras/an a vivir sin ella cuando la consigues da miedo... pero dura poco ;)-

Besos y abrazos.

carmen fabre dijo...

El dolor, Emilio, ese dolor no localizado en ningún órgano y en todos no tiene más tratamiento que el tiempo, pero no es éste el que lo cura si no tú con ayuda del mismo.

La libertad, la soledad deseada , el intimismo conseguido por el camino del dolor y la pérdida( no hablo de la muerte ) se afianzan más cada día. Se amalgaman en tu personalidad y forjan el carácter.

Un abrazo y, como siempre, gracias.

Frida dijo...

Decía alguien que las cadenas de la esclavitud solo atan las manos y que es la mente la que hace al humano libre o esclavo. Besos, Carmen.

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