El quirófano está preparado para
otra operación a corazón abierto, todo se encuentra aséptico y el blanco
luminoso de las luces contrasta con las batas verdes de médicos y enfermeras.
El cirujano abre el corazón y un
enjambre de mariposas sale volando formando una nube multicolor, un aroma a
flores y tierra mojada impregna toda la estancia, polvo de hadas aparece entre
las aurículas y un canto de sirenas envuelve a todos.
-Hay que cerrar, no tiene solución-
dice el médico- Un caso más de Obstrucción Onírica.
CARMEN FABRE
4 comentarios:
Felicitaciones, Carmen, me encanta. Un beso
Pues me apunto a la Obstrucción Onírica... Hermoso relato, Carmen.
Gracias LAURA. Un besazo. Siempre pendiente.
Yo también Manuel, yo también.. Te echaba de menos por aqui.Gracias por tu tiempo y lectura, amigo
Un beso
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