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SÍSIFO.
Cada día es una lucha
sorda para ascender las horas.
Un combate perdido de antemano.
Los mismos gestos,
las mismas acciones, el orden invariable, monótono…Todo consiste en acabarla
jornada en la cima empujando una piedra más pesada que la del héroe para, a la
mañana siguiente, volver a empezar.
Y ese lastre de la nada sin alcanzar nunca la meta, sin
llegar al final, sin atracar en ningún puerto…
Y siempre con el alma hueca y con las manos vacías.
CARMEN FABRE.
2 comentarios:
Tocado por Sísifo, lo reconozco. Atrapado por cuanto sugiere ese mito desde que, hace ya algunos añitos, leí el ensayo de Camus. Para mí, la más aproximada definición a eso que llamamos vida.
Abrazos, siempre
Muchas gracias por tu visita, Amando.
Otro abrazo para ti.
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