viernes, 7 de marzo de 2014

DANIELA.

DANIELA.

Daniela recorrió la casa como un tornado arrastrando y tirando todo a su paso, destrozando cualquier objeto que le trajese el mínimo recuerdo de Eduardo.

Salió de allí y se juró a sí misma no volver a vivir nunca una vida de humillaciones, de insultos y de vejaciones, pero cuando iba a coger el autobús pensó en su casa: sucia, desordenada…, y en que él se enfadaría cuando llegase.

Se paró frente al bus, dio media vuelta, volvió a su casa y se puso a limpiar todo antes de que él regresara.

CARMEN FABRE.


(Imagen de Rodney Smith)

4 comentarios:

Lana Pradera dijo...

Es un microrrelato imponente. Me gustó mucho y fue al único que le di la puntuación máxima. Es genial.

Besos.

carmen fabre dijo...

Muchas gracias, Lana.

Un besazo.

Josep Mª Panadés dijo...

Desahogo efímero y frustrado por la subyugación al macho dominante. Pobre Daniela. Miedo, impotencia o inconsciencia, No lo sé. Quizá tú lo sepas, que la conoces mucho mejor. Lo que si sé es que me ha gustado mucho este relato tan corto como potente.
Un abrazo.

Alejandro Pérez García dijo...

Un microrrelato claro y conciso, cuajado de imágenes que se graban en el lector hasta hacerle daño por cómo se ve aún la injusta degradación de lo más grande de la vida: la mujer. La supermujer. Enhorabuena, Carmen. Besos.

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