lunes, 29 de diciembre de 2014

BRISA.


BRISA

Guardé tu nota de despedida en un poemario. Lo abracé y lloré durante un tiempo. Puse el libro en un estante. Me cambié de casa, coloqué los libros en la biblioteca.

Pasaron los años. Una tarde de verano  fui a la playa y cogí un libro al azar. Lo dejé sobre la toalla.

La brisa hizo de las hojas un abanico y tu nota voló.

 Antes lo había hecho yo.

CARMEN FABRE.



6 comentarios:

Manuel dijo...

Volaste en las alas de ese tiempo tan tuyo con el que te afirmas en el presente, ese tiempo que deshilacha el pasado

Manuel dijo...

Volaste en las alas de ese tiempo tan tuyo con el que te afirmas el presente, ese tiempo que deshilacha el pasado

Emilio Porta dijo...

¿Que dura más, lo escrito o la memoria? En este maravilloso relato parece que ambas cosas se desvanecen a la vez. Me ha encantado. Brisa literaria que nos lleva a lo más profundo de las sensaciones y que nos hace pensar en lo efímero de lo aparentemente permanente. Un micro que es pura reflexión, como tantos tuyos. Con qué pocas palabras de puede trasladar el pensamiento. Basta con qué están bien colocadas y elegidas.

carmen fabre dijo...

Manuel muchas gracias, un abrazo¡

carmen fabre dijo...

Emilio, siempre presente.

Gracias y un beso.

Esprecetá dijo...

Cuánto se puede decir con pocas palabras!
Bello. Mucho.

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