Me das mi dosis de vértigo que espero e ingiero como una droga… la consciencia espacial se deshace, mi cordura da paso a la locura más sublime.
Al tenderme junto a ti migro con el tiempo y caigo en una espiral de deseo erótico, indecisa y súbita, desmembrándome al ser poseída por ti.
Todo se agita, se convulsiona; me aturdo y sigo cayendo sin querer detenerme en este abismo de confusión y de placer, vértigo infinito, estremecimiento atemporal al que llego y del que no quiero salir.
Se ciegan los temores y se enciende el alba, no me permitas volver…
CARMEN FABRE
7 comentarios:
Mare mía ... mare mía ... Carmen, te veo en la nueva edición de la Sonrisa Vertical amiga.
Purita envídia que tengo de no sentir yo ese vértigo ... voy a ver si encuentro mi precipicio.
Besos!!
Un besazo,María...
Ahora entiendo el título de tu entrada... Creo que aún me estoy reponiendo de él.
Me ha encantado leerte a estas horas casi casi brujas.
Un besito
“Se ciegan los temores y se enciende el alba, no me permitas volver…” Y no me extraña, yo tampoco quisiera volver.
Magnífico relato, Carmen, todavía no he recuperado el equilibrio.
Besos y abrazos.
Ese otro tiempo...qué curioso el nombre, ahora que puse en mis blogs esa entrada sobre él. Y que planea sobre nosotros, aunque sea tu amigo, y nos hace caminar bajo y sobre él. ¿Con él? Eso haces tú. Y en todos los aspectos. En el del pensamiento y en el de las sensaciones, como en esta entrada, tan viva, tan bien escrita, tan llena de la confluencia entre el interior y el exterior. Me gusta mucho como escribes, Carmen. Y como eres.
La caída... la petite morte... ese instante.
Genial, MariEfe.
Un besote.
Muchas gracias Rosa,Mari Carmen, Emilio y Leerio. Comentarios como los vuestros me animan a seguir en esta aventura iniciada ,gracias también, al empuje de otras personas...entre todos habéis abierto en mí algo maravilloso y que me gratifica enormemente..
Besos a todos.
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